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jueves, 2 de enero de 2014




Los Foros de El País



      Este diario es casi ya una caja de sorpresas. 

      Nacido como apoyo y ensalzamiento de la democracia post-franquista, parecía presentarse ante los españoles con ansias de cambio, como una voz fiable y convincente, explicando a los ciudadanos los acontecimientos políticos que tímidamente se iban produciendo. Pero pronto dejó de ser esperanza de la verdad para convertirse en el negocio redondo. Yo te alabo tus ideas políticas y tu me engordas la cartera: favores prestados.
      No hay como arrimarse al poder. Lo demás es cosas de despachos y de discreción, al menos hasta que las cosas se consoliden.

      Y esa consolidación surgió por el camino de la enseñanza.
Toda una vida estudiando con los libros del hermano mayor y de la noche a la mañana las matemáticas dejaron de ser 2+2 para convertirse en Santillana. Y a la historia le pasó lo mismo, los Reyes Católicos pasaron a ser Laicos, y las ciencias debieron de convertir el H2O en Litrona y la literatura descubrió que había una lengua materna, todo se convirtió en posible Premio Nobel de la cultura nacional. La enseñanza española pasó de ser cosa del régimen a mercantilizarse y politizarse (hoy nos rasgamos las vestiduras por la posible privatización de la enseñanza, pero para mí que eso comenzó a suceder tras descabalgar a Suárez en la transición), y no pensamos en el calvario que tenía frente a sí el estudiante español, agravado en las autonomías bilingües. Y si antes, a los españoles, se les acusaba de poco cultos, ahora han pasado a ser incultos directamente.

      Sí, ya sé que el españolito medio está mejor preparado que nunca, pero solo se le puede dar una calificación de progresa adecuadamente. Lo dicen los informes PISA año tras año, no lo digo yo. A duras penas nos dan un aprobado raspado, o nos dejan pasar de curso para que no nos sonrojemos en exceso.
      Y el negocio del libro nuevo sigue prosperando con un cambio anual. Y si se estanca, se genera un nuevo sistema de estudios que dé cobertura   a los intereses económicos y políticos, y se pasa del Dios te lo pagará al ya hablaré bien de ti que tanto monta. Ya te daré apoyo en tu campaña. Esto me recuerda al episodio protagonizado por una entrevista de Iñaki Gabilondo a Zapatero y su tediosa crispación.


      Así transcurrieron los años ochenta y noventa, de sistema educativo en sistema educativo. Y la enseñanza no mejoraba. Daba el pego, pero ni mejoraba ni mejoró. Todos tenían que poseer un título universitario y progresar, sin saber hacia dónde, pero progresar. Dejó de ser interesante tener un oficio. La formación profesional era un invento franquista sin futuro. Las Universidades Laborales fueron perdiendo su función, donde los mejores profesionales se habían convertido en los mejores profesores, y se fueron reciclando en santuarios culturales, incluso en sedes de alguna que otra televisión autonómica y en sedes de organismos dependientes de formaciones políticas.

¡A las barricadas!... Digo, a los foros, que es lo que procede.

      Porque los tiempos adelantan que es una barbaridad, y la informática, Internet, nos trajo un nuevo sistema de comunicación muy aprovechable en esto de la cooperación participativa, aportando un valor añadido que pronto descubrieron los avispados políticos y sus socios periodistas. Pero, como todo, si no viene impregnado de negocio, no sirve para nada. Las empresas informáticas encontraron un negocio que no podían desaprovechar: las redes sociales. Además de negocio era un control de masas basado en la exaltación del ego de cada uno de sus participantes. Hasta hay quien enaltece su ego para hacer el ridículo, para presumir, para engañar, para insultar, para menospreciar. Incluso políticos se ponen en evidencia con carencia absoluta de civismo. Pocas veces sirven  para cosas buenas, aunque se tengan buenas intenciones, son pocas las veces que estas se llevan a cabo. Estas pocas son loables.

      Los medios de comunicación han visto un filón en esto y pronto abrieron canales de participación, los foros.
Pasamos de Cartas al Director para expresar descontento, quejas o reclamaciones a expresar alegremente opiniones mayoritariamente desacertadas y poco constructivas, aunque de vez en cuando haya un rayo de cordura y razonamiento.

      Los encargados de regular estos foros no parecen gozar de mucha profesionalidad que se diga. Tal parece que los medios no se esmeran en buscar personas cultas y conocedoras de cosas que sí parecen conocer ciertos participantes. Y, claro, cuando algún moderador se encuentra de bruces con alguna materia que desconoce su incultura le lleva a censurar el desconocimiento. Teniendo y acumulando varias de esas anécdotas voy a narrar la primera que me sucedió a mi mismo un lunes cualquiera de hace un par de años por lo menos.

      Resulta que por aquel entonces no había restricción en la exposición de vídeos y fotografías. Luego las cosas se torcieron y ya sabemos la situación actual.

      En una de las noticias estrella sobre un tema cultural, uno de estos ilustres moderadores se quiso hacer protagonista y se convirtió en censor modosito ante una foto de una chica seductora tumbada sobre un sofá. La pose se las traía, hay que reconocerlo, pero el puritano censor no hizo consulta alguna sobre la procedencia de la foto, se limitó a borrar sin más. Iba acompañada de un poquito de texto aludiendo al tema cultural.
      Cuando vi con sorpresa la falta de mi opinión y expresé mi extrañeza por la anulación de esa opinión se me ocurrió preguntar el por qué. No hubo respuesta, y como seguía considerando injusticia volví a la carga a sabiendas de que el texto no podía ser la causa de la censura, le hice ver al susodicho moderador metido a censor que aquella bellísima fotografía formaba parte de un artículo de la portada del domingo, y que si consideraba que no debía de estar formando parte de mi opinión, también debiera de considerar hablar con la dirección para obtener de ellos la censura en la noticia que ilustraba.

¡Sorpresa!

      Mi opinión subsistió a la censura y la foto se quedó con la opinión.

      Una chorradilla, pero como esta hay kilos de ellas que los moderadores tienen en su haber diariamente: desconocimiento y falta de cultura.

      Si no saben de fotografía, te las borran. Si no saben de música, te lo borran, sea foto sea vídeo sea texto musical. Si no saben de idioma raro, te lo borran salvo que sea autonómico. Si no saben telegrafía, te lo borran.
      Falta de cultura.

¡Ay, amigo!

      Si se trata de un provocador nato dedicado en exclusividad a destruir opiniones ajenas contrarias a su ideología, vemos como palabras que son simples calificativos se convierten en insultos gracias a la acusada mente cultural desarrollada por los moderadores que sacan a pasear su ego y ponen en evidencia una clara aportación a la causa.

      El diario que nos comenzó con un estricto control de las opiniones, siendo muy rígidos con los que eran críticos con el amigo político. Pocas veces se aceptaba un alias, se hacía necesario nombre y apellido. Hasta que los foreros se dieron cuenta que eso de identificación era un mero formulismo. Hoy, ni Pedro es Pedro, ni fulano es tal y tal.
      Ahora mismo, en la actualidad, el sistema de participación está tan prostituido que, aprendida la trampa, los mal llamados moderadores son irrelevantes. No moderan nada y están convertidos en censores, que hacen más caso de chivatos y mala gente, que tienen como único fin provocar al incauto que, aunque no expresando nada diferente a ellos, son censurados, incluso vaneados, y quedan impunes las provocaciones.




      Es un gran dilema, como el de Zapatero.
Sabido es que los clientes publicitados atienden al número de lectores, y que estos son proporcionales a las intervenciones en los foros, últimamente bombardeados con publicidad incipiente sin petición alguna y nada efectivo para el lector al convertirse en molesto.

      Ni Defensor del Lector ni historias de moderación.

      Siendo niño, un amigo de estudios tomó el camino del periodismo. Con el tiempo seguimos coincidiendo en vacaciones y hablamos irremediablemente de estos temas. No somos ajenos a la sociedad.
      Desempeñando su profesión en un diario regional en el que yo participaba en los comentarios, comenzamos a interactuar en varios temas. Me abrió los ojos a ciertos sistemas en los temas que seguía en aquel medio hoy desaparecido, para regular y aumentar las opiniones de los lectores.
      ¿Nunca se han preguntado por qué hay noticias importantes y serias que están relegadas por otras superficiales que se convierten en concurridas y polémicas?
      Ahí es donde interviene  el sistema necesario que cada medio conviene en sus reuniones de jefes, jefecillos, encargados y opinadores principales que, a modo de cadena de favores van marcando el camino a seguir.

      ¿Alguien sabe los méritos necesarios para desempeñar la función de moderador?

      Yo, no.
      Mejor dicho, sé lo que el amigo de infancia me ha querido decir, no lo que no puede contar. Pero no es muy difícil de comprender.
      Un moderador, censor, debe de ser obediente y dócil al poder. Moldeable y moldeable. Y si defiende la causa ideológica, perfecto. Ya puede disponer de lo necesario para ir discriminando y haciendo amigos entre los foreros afines a la causa sin que se note en exceso. Hasta puede construir un multi-nick, defender ultras y defenderse a sí mismo.
      Esto último me recuerda que en un principio había una persona que insistía en esta cuestión de estar en los foros con varios alias. Se supone que era su propia experiencia. Hoy día sigue molestando a todos con uno de los nuevos alias que tiene que usar cada vez que le quitan el anterior. Lo que no se sabe es cuales otros son los que utiliza como provocador. Pero tiene quien le ayuda y lleva otro número aproximado de alias, nicks, apodos o lo que quieran llamar.

      Y si se tiene en cuenta que hay propios periodistas y algún que otro político que, en cuanto se dan cuenta que deben estar de incógnito, se montan su propio sistema.

      El nuevo sistema nominativo que trata de implantar el diario pretende terminar con el anonimato de los nicks. ¡Qué ilusos!
Salvo honradas excepciones, todos pueden utilizar el nombre y el apellido que crean conveniente, a modo de seudónimo.

      Si un correo se puede abrir con el nombre que cada cual tenga a bien inventarse, ¿Cuántos correos y nombres se pueden usar en el nuevo sistema?

      En cierta ocasión el Defensor del Lector me confesó la impotencia que sentían para acabar con estas cosas y que esperaban el buen hacer y el sentido común de los participantes.

      Con este panorama, y desprendido de mi alias por iluso, aprendida la lección, me procuré otro creyendo y esperando respeto. Y como no las tenía todas conmigo, me procuré otros seis alias más, de los que uso asiduamente tres y me reservo los tres restantes. Los provocadores no me pueden asociar al primer Nick, lo que hace de lo más agradable mis intervenciones.  Y eso que con el primero no se proferían insultos. Pero molestaba que no me dejara magrear y que no opinara con ideología afín a la suya sin con ello defender a los contrarios.
      También me he dedicado a abrir correos en los principales servidores utilizando diferentes nombres. Ningún problema.

      Como ha quedado dicho, censor y moderador no son lo mismo. A los censores su ignorancia les delata. A los moderadores la ignorancia les sirve para informarse y acumular conocimientos extra a su saber.

      Les voy a hacer una pregunta a los responsables de los foros de El País, incluyendo al defensor del lector. ¿Son inamovibles los apartados de Más  opciones para notificar irregularidades a los moderadores/censores? Supongo que no. La informática lo puede casi todo. Si no se mejora es porque no se quiere. Ni siquiera para mejorar resultados.

      Últimamente las informaciones y contra-informaciones sobre los resultados económicos de ciertos medios van saltando de noticia en noticia. Las componendas sociales-políticas-económicas pueden dejar con el culo al aire al más plantado.

      ¡Cuidado! La inoperancia de la derecha y de la izquierda puede abrir la puerta a extremismos. No se puede pensar exclusivamente en…

El País, en todos estos años, no ha arreglado la economía, la sanidad, la educación, la sociedad de este país. Ni la política, ni el sindicalismo, ni la iglesia. Ni sus propias arcas. Los Eres siguen presentes.


PD.- Hoy mismo hay una considerable crítica por parte de los foreros por el deficiente funcionamiento del sistema y por la permisividad de los provocadores.  

2 comentarios:

  1. Me parece una entrada muy lúcida. Al margen de la disección a la que sometes a un foro, en teoría de opinión, de un diario "izquierdista".
    Hasta los conceptos de antaño referidos a la política o tendencias, ahora no están definidos de forma clara.
    Tu amigo seguro entiende algo de las razones finales de los foros, que como dices, se traduce en una publicidad que se va abriendo, más y más veces. Por contra, aquellas cartas al director ofrecían un espacio que en muchas ocasiones, aún con censura, te permitía tener una visión más ajustada al pulso del ciudadano. Porque la libertad de expresión debiera ajustarse a expresar con respeto lo que uno piensa.

    Me ha gustado. Si no te importa, te seguiré. Así podré estar al tanto de tus entradas.

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    1. Orgulloso de que desees seguir el blog. Muchas gracias.

      En cuanto a la tendencia política, no soy yo quien dice lo que es, lo dicen ellos mismos al denominarle progresista de centro-izquierda. Era un referente en los años ochenta, durante el 'reinado' de Felipe González, al que tantas veces hemos votado por la ilusión de cambio que había en el ambiente. Algunos, como yo, quedamos un tanto desilusionados, tocados. Esta es una cuestión que queda para otros ámbitos. Aquí, como el título indica, quiero y deseo que cuente más lo que tu digas.

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